Otra formación a la mochila. Esta vez, más que una curso, era un terapia de reconciliacióń. Me encanta la glasa, pero se me ha atrancado durante un tiempo, y a veces me da pereza practicar con todo el cacharreo que genera prepararla. Pero he decidido quitarme miedos y ahondar en ese tema, porque la verdad es que quedan preciosas. Este vez, el curso de mano (y qué mano...!!) de Las dulces recetas de Mari. Un placer y totalmente recomendable.
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